Los vinos de Toro están llenos de tradición. Sus orígenes se remontan a antes de los asentamientos de los romanos. En la Edad Media eran muy apreciados y gozaban de privilegios reales, estos vinos llenaban bodegas reales y buques que iban a navegar hacia las tierras del Nuevo Mundo.
Los vinos tintos y rosados se elaboran principalmente con la variedad Tinta de Toro, siempre en busca del grado de madurez necesario para obtener vinos en los que el equilibrio de sus componentes se refleja en la notable calidad de los vinos. Los vinos blancos se elaboran con Malvasía y Verdejo.
Dadas las condiciones climáticas excepcionales de la zona, la variedad Tinta de Toro madura temprano. Esto permite a las bodegas también elaborar vinos utilizando el sistema de maceración carbónica (barril de racimos enteros).
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